domingo, 24 de agosto de 2008
En este mundo de locos vivo yo
El alimento que se arroja al mar en Europa para mantener precios competitivos en el mercado podría dar de comer a dos tercios de la población hambrienta del mundo.
Millones de dólares para armamento
Cada año se gasta en el mundo cerca de un billón de dólares (un millón de millones) en armamentos, tanto convencionales como nucleares. La cifra mundial de gastos bélicos aumenta aproximadamente en 3% cada año.
Los Estados Unidos y la Unión Soviética ocupan los primeros lugares en este tipo de gastos, sin embargo de acuerdo al informe anual del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, los países del Medio Oriente compraron el año pasado más armas que cualquier otra región del mundo, con un gasto de 60 mil millones de dólares en el año 2000.
sábado, 23 de agosto de 2008
calidad humana
Hablar de calidad humana es cuidar nuestros vínculos con los demás. Necesitamos rehacer nuestros vínculos humanos.
De nada sirve trabajar de sol a sol en un lugar donde no tenemos amigos y llegar cansados a un hogar en el que nadie se interesa en saber cómo nos fue. ¿Para qué trabajar tanto si nos sentimos solos?.
Es triste leer un libro y no tener a alguien con quien comentarlo, es doloroso sentirse preocupado y no contar con una persona a quien abrirle el corazón.
De nada vale estar al frente de una cancha de tenis, de fútbol o frente a un juego de salón si no tenemos con quien jugar, con quien disfrutar ese momento.
¿Para qué tener lo que no se puede compartir?. Ni las cosas ni el dinero poseen valor intrínseco. El valor de lo material esta en su aplicación, en el servicio a alguien más o la convivencia con alguien más.
La belleza de tener está en compartir. La magia de luchar por una prosperidad económica, estriba, ni más ni menos, en poder ver sonreír a alguien a quien le damos el privilegio de disfrutar lo que ganamos.
Eso es parte de la naturaleza humana: dar, convivir, amar, servir...
ayudar. ¡HAZLO!.
En muchas ocasiones estamos asustados, asustados de lo que tal vez no podemos hacer; asustados de lo que pensaría la gente si tratamos.
Permitimos que nuestros miedos se interpongan en nuestros sueños.
Decimos no, cuando queremos decir si.
Murmuramos cuando queremos gritar, después... después gritamos y a quien no teníamos que hacerlo: ¿por qué?.
Después de todo cruzamos por esta vida una sola vez, no hay tiempo para tener miedo. Así que intenta... intenta aquello que no has hecho, arriésgate, participa en el maratón, escribe aquella carta, enfréntate como ganador a las cosas cotidianas.
Habla en contra de lo que no te gusta, visita pueblos que no conozcas, llámale y dile cuánto le amas, pero sin fingir.
El no regresa.
No tienes nada que perder y todo... ¡Todo que ganar!.
Que esto sea una realidad en tu vida...